La Iluminación de la Conciencia

La Iluminación de la conciencia es darse cuenta de la Verdad, tomar conciencia de Ella, llegar al conocimiento de la realidad de la vida. Pero darse cuenta de la Verdad no significa vivir esa verdad, porque en esa Iluminación se deja libre al hombre para aceptar o no esa Verdad.

La palabra conciencia viene del latín, cum scientia, es decir, con conocimiento.

“Es la relación de un conocimiento con una cosa”.

Sto. Tomás, 1 q. 80, a. 13

Así, la conciencia de la vida se basa en un conocimiento que se tenga de la vida. La conciencia psicológica es el conocimiento que la persona tiene de sí mismo. La conciencia moral es el conocimiento sobre la bondad o maldad de un acto.

Hablamos de la conciencia cuando ha alcanzado el conocimiento de sí, el conocimiento de la realidad de la vida. Es la conciencia que engloba todas las demás conciencias: psicológica, moral y espiritual.

Esta conciencia siempre va a estar en evolución, ya hacia la verdad, ya hacia la mentira.

La persona que va buscando la verdad, va evolucionando en su conciencia, es decir, va tomando conocimiento de sí en la verdad, en el bien. Y puede llegar a entender con claridad para qué está en este mundo y lo que tiene que hacer en este mundo.

La persona que no va buscando la verdad, también su conciencia evoluciona, pero en sentido contrario, se conoce a sí misma en la mentira, en la maldad. Conoce sus errores, sus maldades, sus pecados, y no los quiere quitar. Quiere seguir viviendo en ellos. Porque “la conciencia no es una potencia, sino un acto” (Ibid.), es decir, es una forma de estar en la vida.

La conciencia es un autoconocimiento humano.

Para llegar a la plenitud del conocimiento en el bien, se necesita que el Espíritu de la Verdad guie a la persona en el camino de la verdad, en el camino del conocimiento.

Para llegar a la plenitud del conocimiento en el mal, la persona debe ser guiada en el camino de la mentira por el espíritu del Mal, el cual siempre va a llevar a la involución del pensamiento y a su estancamiento. La soberbia humana es quedarse en una forma de conocimiento que impide buscar la verdad, y que toma ese conocimiento errado como si fuera una verdad en la vida.

En la Iluminación de Conciencia se da a todos los hombres un don, lo merezcan o no lo merezcan, vivan obrando el bien u obrando el mal. Este don proviene de la Obra de la Redención, que Cristo realizó en el Calvario. Por esa Obra, todas las almas que vienen a este mundo, ya sean servidores de Dios o servidores de Satanás, se instalan en la ignorancia de sus vidas, es decir, dejan de conocer la vida que tuvieron antes de encarnarse, para comenzar otra vida totalmente diferente. Una vida que está llena de peligros para todas ellas. Una vida que se desarrolla en el primer escalón del infierno, que es este mundo. Una vida para ponerse en la esclavitud de aquel que gobierna este mundo, que es el Príncipe de este mundo. En razón de esta ignorancia, se da a todos los hombres este don.

Ese don consiste en mostrar a cada persona su vida, sus pecados, sus obras equivocadas. Es mostrar esa Verdad, es tomar conciencia de esa Verdad para conocerse a sí mismo. Y, por eso, unos se convertirán a Dios, pero otros huirán de ese conocimiento, lo rechazarán, lo discutirán y lo negarán, porque ya han elegido su forma de vida, ya están instalados en su propia forma de conciencia, en la cual su pensamiento maquina únicamente el mal, y se vive para obrarlo con todas las consecuencias.

Y se da este conocimiento de la vida en estos tiempos, no en otros. Porque es el final de los tiempos malvados. Es la separación entre el trigo y la cizaña. Es atar a Satanás para que ya no pueda obrar el mal, que lo ha venido haciendo desde el pecado original. Es el tiempo de la Segunda Venida de Cristo. La Iluminación de Conciencia, una vez mostrada a cada persona su vida, va a preparar a la humanidad para este venida.

Satanás ha ido creando una ilusión de vida, una forma falsa de vivir, de estar en la vida. Es la que hoy predomina en todas partes del mundo. Una vida basada, principalmente, en lo material, en lo humano, en los conocimientos adquiridos, en las obras de los hombres, que impide que la conciencia tome conocimiento de sí. Vivir, como se vive hoy día, preocupados de los asuntos económicos, materiales, etc., no es la vida verdadera. Vivir obsesionados por un bichito es un absurdo de vida, una fábula, una ilusión.

Muchos no han tomado conciencia de la realidad de la vida en este mundo, porque otros controlan todos los aspectos de sus vidas: les dicen cómo y qué pensar. Ahí tienen todos los medios de comunicación que sólo se dedican de formar un pensamiento erróneo, de crear líneas de opinión, de establecer juegos del lenguaje, pero nunca de informar de lo que realmente acontece en este mundo. Las mentes de muchas personas pertenecen a Satanás y no lo saben. Hacen todo aquello que les dice el demonio y no han caído en la cuenta de ello. Su conciencia no ha llegado a ese conocimiento de la verdad. Viven sumergidos en su mundo, en sus ideas, en sus sentimientos, sin poder alcanzar la verdad, sin poder entender la realidad de la vida.

¡Cuántos viven en el odio! Matando niños en el vientre de sus madres; inyectando veneno – con las vacunas – en la sangre de los niños, jóvenes, adultos y ancianos; creando medicinas para causar más enfermedades; vendiendo alimentos para engordar a la gente y que vivan creciendo en la depresión y en la angustia de la vida; contaminando el agua, el aire, los alimentos, con metales, nanotecnología y con toda clase de seres extraños creados en un laboratorio, que envenenan la piel, la boca, y destruyen la mente y el sistema inmunológico.

Para que la persona tome conciencia de la realidad de la vida, comprenda cada cosa de la vida, es necesario la razón y la fe. Las dos al mismo tiempo, juntas, porque sólo con la razón no se llega a alcanzar el conocimiento de sí. Los Santos han traído a este mundo el conocimiento verdadero, el conocimiento y el amor de Dios, con el cual se da el sentido auténtico de la vida. Los hombres llenos de fe, sin conocimientos profundos de las cosas, sin estudios, sin carreras universitarias, son los que han edificado la vida y la han llenado de verdad. Usan la inteligencia que les viene por la Fe para que su conciencia alcance el conocimiento de sí, el conocimiento práctico de lo que es la vida, de cómo vivirla sencillamente y cómo actuar en ella.

Pero vivimos unos tiempos en que los hombres ya no valoran sus vidas, no las aprecian lo suficiente y en el modo justo. Son pocos los que se preguntan por qué se nace y se muere a veces en pocos instantes, horas, años, y otros por muchos años. ¿Quién decide eso? ¿Es Dios? ¿Es la condición del cuerpo? ¿Es el medio ambiente en el que se vive? ¿Es por las obras malvadas de otros que acortan el tiempo de vida?

Son muchas las personas que se han convertido en autómatas de sí mismas, que viven como robots, que van imitando todo aquello que se les manda o que encuentran en el mundo exterior, sin preguntarse si eso es bueno o malo para sus vidas.

Son personas que no usan el don, el talento, que Dios les ha dado cuando se han encarnado: la Razón. No hablamos del conocimiento adquirido con la mente humana. El don que da Dios no son las ciencias humanas, que los hombres con el trabajo de su razón levantan.

Se habla de la ciencia infusa, el Rayo Divino, con la cual Dios puede trabajar en este mundo a través de las almas.

A todas las almas que vienen a este mundo, Dios les da esa ciencia infusa. Después, el hombre con su libertad, la acepta o rechaza. En el hombre que permanece en la verdad, Dios obra para hacer -a través de él – grandes descubrimientos a favor de la humanidad. Pero el hombre que se instala en la mentira, impide a Dios obrar, y Satanás, con su rayo maléfico, modifica la mente del hombre y aparecen en el mundo descubrimientos que son usados contra el hombre mismo.

Y estamos en el tiempo en que vemos que hay medios más sofisticados para combatir y matar en muchos modos. Este virus, los satélites esparcidos por toda la tierra, las antenas 5G son claro ejemplo de ello. Están manipulando todo el proceso natural de la vida. La están interrumpiendo contra la Voluntad de Dios. El hombre se está autodestruyendo a sí mismo y cuántas personas que no se han dado cuenta de ello. No te has enterado que te estás matando a tí mismo con la porqueria de comida que comes, o con los samrtphones que usas, que envenenan tu sangre, o alimentando tu mente de tanta tontería y estupidez como hay en la televisión y en las redes sociales.

Estamos en el tiempo en que Satanás se ha adueñado de la razón de las personas, conviertiéndolas en títeres en sus manos. Sólo hay que ver cómo las personas sigue normas absurdas, como ponerse un trapo en la boca, lleno de bacterías, que las van envenenando, sin que se den cuenta de ello. O cómo los gobernantes se dejan enredar por los falsos científicos y los falsos medicos, transformando una crisis sanitaria en un modelo de vida que se va pareciendo, más y más, a un campo de concentración. Satanás se ha adueñado de la vida de muchas personas. Él ha llegado a ser el dueño. Y esas personas creen que tienen libertad, hablan de ser libres, de hacer y de pensar lo que quieran. Y, sin embargo, son las más esclavas. Porque la libertad sólo es Dios. Sin Dios, sólo hay esclavitud.

La humanidad está a punto de destruir todo lo que Dios ha obrado, a través de sus Santos, en este mundo. Y, por eso, es necesario la Iluminación de la Conciencia, para que el hombre se abra de nuevo a Dios y Dios pueda, infundiendo su Rayo Divino, llevar a la humanidad a los Cielos Nuevos y a la Tierra Nueva.

Antes de la Iluminación de la Conciencia, aparecerá el Anticristo como héroe militar, no como falso Mesías. El Papa Benedicto XVI tendrá que ver este horror, pero será removido de esta tierra después del Aviso, para dar paso al reino del Anticristo (cf. Conchiglia, MDM y Little Pebble).

La Iluminación de la Conciencia es diferente a la Segunda Venida de Cristo. Nadie sabe cuando será esta Segunda Venida, pero todos pueden entender por lo que va pasando en el mundo cuándo llegará el Aviso.

6 comentarios sobre “La Iluminación de la Conciencia

  1. ES TAN CIERTO LO QUE USTED DICE…Y LO QUE PODEMOS LEER EN EL LIBRO DE LA VERDAD DE MDM, SE ESTA SUCEDIENDO CON UNA RAPIDEZ IMPRESIONANTE… EN LO PERSONAL SIENTO UN AMBIENTE DE OBSCURIDAD QUE PESA…AUNQUE SEA DE DÍA.

    Me gusta

  2. Será el Aviso profetizado en Garabandal donde nos veremos todos tal cual somos y como estamos ante Dios.

    Me gusta

    1. Lo tiene en el articulo, al final: El Papa Benedicto XVI tendrá que ver este horror, pero será removido de esta tierra después del Aviso, para dar paso al reino del Anticristo

      Le gusta a 1 persona

  3. y cuando eso ocurra de lo de la muerte de Benedicto
    XVI , creo que los malvados, la masonería no lo darán a conocer sino que lo ocultaran , aunque me parece que nos enteraremos por una vidente.

    Me gusta

Los comentarios están cerrados.